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La resistencia y la perseverancia de María

By diciembre 18, 2024Uncategorized

La resistencia y la perseverancia de María

 

Dios dice de María en el Corán: «Y recuerda cuando los ángeles dijeron: '¡Oh María!
Ciertamente Dios te ha seleccionado, purificado y elegido sobre todas las mujeres del mundo'».
[3:42] Este pasaje del Corán habla del estatus de María y de cómo se le celebra por méritos
propios. No sólo se la admira por ser la madre de Jesús, sino también por sus cualidades y su
devoción a Dios.

Dos aspectos importantes que encontramos en su vida son la perseverancia y la
resistencia. Siendo huérfana, quedó al cuidado de sus parientes, el mensajero Zacarías y su
esposa. Ser huérfano es un gran reto que requiere una buena tutela, pero también enseña
perseverancia y resistencia. María se consagró a Dios, a Su adoración y a Su recuerdo. Dios se lo
ordenó con devoción. Ser constante en la adoración también enseña perseverancia y resistencia.

A menudo no nos damos cuenta de esto, y luchamos por ser regulares en nuestras
devociones diarias o en caridad u otros pequeños actos de bondad. Ser regulares y constantes
significa que tenemos que planificar mejor nuestro día, sacrificar ciertas cosas que se interponen
en nuestro camino o, al menos, cambiarlas de sitio para asegurarnos de que siempre damos
prioridad a las cosas mas importantes para asegurarnos de que siempre damos prioridad a nuestra
devoción a Dios. También significará a veces mostrar perseverancia y resistencia cuando otras
cosas intenten distraernos de ello. María consiguió dar prioridad a la devoción y se convirtió en
un modelo para los creyentes.

En la historia de María, vemos que cuando los ángeles vinieron a ella y le informaron de
que había sido elegida por Dios para ser la madre de Jesús, volvió a mostrar perseverancia y
resistencia. Aceptó el decreto de Dios. Dios dice: «¡Así será! Tu Señor dice: 'Me es fácil. Y así
haremos de él un signo para la humanidad y una misericordia de Nosotros'. Es un asunto ya
decretado'». [19:21] Se fue a un lugar lejano para dar a luz y fue paciente con el decreto de Dios,
sabiendo que sería criticada por ser madre de un niño sin haberse casado.

Más adelante, en el momento del nacimiento de Jesús, María muestra perseverancia y
resiliencia, sin buscar la ayuda de nadie. Dios respondió: «Y una voz la tranquilizó desde abajo:
'¡No te aflijas! Tu Señor ha puesto un arroyo a tus pies. Y agita hacia ti el tronco de esta palmera,
que dejará caer sobre ti dátiles frescos y maduros. Así que come y bebe, y tranquiliza tu
corazón…» [19: 24-26].

Cuando llevó a Jesús a su pueblo, la acusaron de inmodestia y de ser impura. Una vez
más, María mostró una perseverancia y una resistencia ejemplares, entendiendo que Dios tiene
un plan mayor, y confiando en Su plan. Habiendo hecho voto de silencio como Dios le había
ordenado, no hizo nada ante estas acusaciones, excepto señalar a su hijo. Su perseverancia y
resistencia nos enseñan a resistir la presión y las críticas de los demás, críticas que pueden venir
de otros cuando estamos dedicados a Dios.

Dios dio a Jesús la capacidad de hablar y defender el honor de su madre. El Niño Jesús
elogió a su madre como mujer piadosa, noble y casta. Jesús dijo de sí mismo: «Dios me ha hecho
una bendición dondequiera que vaya, y me ha ordenado que establezca las devociones diarias y
dé limosna mientras viva, y que sea bondadoso con mi madre…» [19:31-32] Así, el ejemplo de

María en su perseverancia y resistencia es un ejemplo que todos los creyentes pueden aprender y
del que pueden beneficiarse.

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